El último concierto de Gustavo Cerati en Venezuela, que tuvo lugar el 15 de mayo de 2010, dejó una huella imborrable en los corazones de sus seguidores. Aquella noche, el emblemático cantante, compositor y guitarrista argentino subió al escenario para brindar un espectáculo que quedaría grabado en la memoria de todos los presentes.

Era el último concierto de la gira «Fuerza Natural» en Sudamérica, después de una larga serie de recitales por más de un año que habían arrancado en Monterrey, México. Sin embargo, nadie imaginaba lo que la noche les deparaba.

Con una voz impecable y una presencia magnética, Gustavo Cerati deleitó al público con un repertorio que abarcaba desde sus grandes éxitos como solista hasta un par de clásicos de su etapa en Soda Stereo. Cada acorde de su guitarra y cada palabra de sus canciones se fundían con la pasión y el entusiasmo de quienes lo admiraban.

El carisma de Cerati trascendía el escenario y se contagiaba entre la multitud, generando una conexión única entre el artista y su público. Era evidente que aquel concierto era mucho más que un simple espectáculo; era una experiencia compartida de amor por la música y admiración por un verdadero ícono del rock latinoamericano.

El momento culminante de la noche llegó cuando Gustavo Cerati interpretó «lago en el cielo». Previo a despedirse presentó de muy buen humor a los músicos que lo acompañaban y bromeó con ellos. Los acordes de la canción sonaron, el estadio estalló en un coro unísono de voces que resonaban en cada rincón, creando una atmósfera mágica e indescriptible. En un momento sublime, «Lago en el cielo» se extendió durante unos minutos con un solo de guitarra al que Gustavo se negaba a renunciar. Los últimos acordes resonaron, lanzó un beso a sus espectadores y cerró con un simple «Hasta la próxima, chao». Una triste despedida.

Tristemente, ese sería el último acorde que Gustavo Cerati tocaría en suelo venezolano y en toda su carrera. Unos momentos después, un inesperado evento cambiaría el rumbo de su carrera y de su vida.

Han pasado más de una década desde aquel memorable y triste concierto, pero la música y la energía de Gustavo Cerati siguen vivas en los corazones de sus seguidores. Sus letras profundas, su talento incomparable y su espíritu innovador continúan inspirando a nuevas generaciones de artistas.

Hablar de Gustavo Cerati es volver a experimentar la pasión y la genialidad de un artista excepcional. Sigamos celebrando su legado, compartiendo su música y manteniendo viva la llama que encendió en cada uno de nosotros con su música.